La Parroquia de San Vicente es un edificio del siglo XVI, terminado para 1563, aunque sufrió una importante transformación en torno al 1776, renovándose entonces sus cubiertas y elementos decorativos. Tiene a planta de cruz latina y se cubre con bóvedas de medio cañón con lunetos y arcos fajones, a excepción del tramo central del crucero, que recibe una bóveda de aristas.
Los muros exteriores son de sillarejo con cadenas y enmarques de vanos de sillar. Por el lado de la Epístola sobresale el pórtico, con una galería superior, ambos con triple arcada de medio punto sobre pilares, de severidad herreriana, que debió labrarse al tiempo que el cuerpo de campanas de la torre en la segunda mitad del siglo XVIII. En el interior del templo se guardan una talla de San Vicente Mártir y varios relieves con San roque, San Sebastián y otros santos, todos ellos del segundo tercio del siglo XVI. Su estilo es expresionista, en relación con los talleres riojanos de la época y pertenecieron al primitivo retablo mayor. De finales del siglo XVIII son los retablos colaterales de la Virgen del Rosario y Santa Bárbara de transición Rococó al Neoclasicismo que albergan imágenes titulares de la época.
El tesoro de la parroquia comprende diversas piezas de orfebrería de los siglos XVII y XVIII y de todos ellos destaca un cáliz de plata, neoclásico de 1785, que aparece punzonado en Toledo. Resalta su decoración con bustos del Salvador, La Virgen y San José en medallones.