Ciento cincuenta años después, Orokieta revivió este sábado la primera intervención de Cruz Roja Española en un conflicto bélico. Tras su creación en Pamplona, el 5 de julio de 1864, Cruz Roja Navarra realizó su primera intervención en campo de batalla el 5 de mayo de 1872. Y lo hizo tras la batalla de Orokieta, en los inicios de la III Guerra Carlista, lo que supondría la primera actuación de Cruz Roja Española en un conflicto bélico.
La localidad acogió este sábado una recreación de esta primera intervención, bajo la dirección de José María Turudi, a través de 150 personas entre componentes de grupos de recreación especializados en el siglo XIX, especializados en el manejo de las armas de la época (Asociación histórico cultural Blas de Lezo, Grupo Batalla de Vitoria 1813, Andía Kultur Elkartea, Urgull Histórico y Grupo 31 de agosto), integrantes de la Escuela Navarra de Teatro, caballistas, voluntariado de Cruz Roja y residentes de Orokieta. La narración ha corrido a cargo de Pablo Larraz.
Imagen del cartel que anunciaba la recreación. Foto: cedida
La representación tuvo lugar en el propio casco urbano de este concejo del Valle de Basaburúa, conducido por un relator y distribuido en seis actos: ‘Introducción: Orokieta ocupada por los voluntarios carlistas’, ‘La llegada de Carlos VII’, ‘La Batalla de Orokieta. El asalto de Moriones’, ‘La rendición de los carlistas’, ‘La entrada de la agrupación de la Cruz Roja de Pamplona’, y ‘El traslado de los heridos a Pamplona’, ha indicado Cruz Roja en una nota.
La representación de la Batalla de Orokieta contó con la presencia de Mercedes Babé, presidenta de la Comisión Permanente de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, acompañada de Rafael Huarte, presidente de Cruz Roja Navarra. Al acto acudieron ,también, el presidente del Concejo de Orokieta, Iñaki Landa; Javier Remírez, vicepresidente primero del Gobierno de Navarra; José Luís Arasti, delegado del Gobierno en Navarra; Santos Induráin, consejera de Salud; Santos Etxegia, concejal del Ayuntamiento de Basaburúa; y Kiko Betelu, subdirector de Urgencias del Gobierno de Navarra.
Próximamente, está prevista la edición del libro ‘1872. Un compromiso cumplido. Primeras intervenciones de la Cruz Roja Española en el campo de batalla’, editado por Cruz Roja Navarra y cuyo autor es Joaquín Ignacio Mencos y Arraiza.
Foto: cedida
ATENCIÓN SANITARIA EN LA BATALLA DE OROKIETA
Tras su creación en Pamplona, el 5 de julio de 1864, Cruz Roja Navarra realizó su primera intervención en campo de batalla el 5 de mayo de 1872, tras la batalla de Orokieta, en los inicios de la III Carlista.
Según relata Cruz Roja, el día 4, las tropas carlistas se juntaron en Orokieta tras la entrada en España de su rey Carlos de Borbón ‘Carlos VII’, pretendiente del trono que ostentaba el liberal Amadeo I de Saboya. “Enterados los amadeistas de la posición y el precario estado de las tropas carlistas, con el general Moriones al frente dispusieron la marcha para hacerles frente a través de un duro e imprevisto ataque. La batalla, que se prolongó a lo largo de hora y media hasta la rendición de los seguidores de Carlos VII, tuvo el balance de 38 muertos, 10 heridos y 749 prisioneros carlistas, mientras que los amadeístas sufrieron 6 muertos y 24 heridos”.
El fundador de la Cruz Roja Española y médico militar, Nicasio Landa, se encontraba con el ejército amaedista en el campo de batalla desde el comienzo del enfrentamiento. Pero, de manera neutral y siguiendo los acuerdos de la primera Convención de Ginebra, estableció un hospital en la primera casa del pueblo donde fueron llegando heridos de los dos bandos pero, especialmente carlistas, durante toda la noche. A la mañana siguiente, se llevaron a los 14 heridos que podía transportar y se dirigió hacia Pamplona.
Previendo lo que pudiera suceder, la junta de la Cruz Roja en Navarra, a través de donativos, se había abastecido de equipamiento (botiquines, camillas y diverso material sanitario) y preparado personal sanitario (médicos y voluntariado), que desplazó a Orokieta al día siguiente, el 5 de mayo. Era la primera “ambulancia” de la Cruz Roja Española, como se denominaba entonces a las expediciones sanitarias, enarbolando la bandera de la institución, todavía desconocida, una cruz roja sobre fondo blanco.
Trasladaron a Pamplona la mayoría de los heridos pero, debido a la gravedad, doce no pudieron serlo y parte del equipo sanitario se quedó con ellos. Aquellos, denominados ‘camilleros de Landa’, el día 11 regresarían de nuevo al valle para recoger a los heridos graves que habían aumentado a diecinueve. Al llegar, dos de ellos ya habían muerto; los restantes, de ambos bandos, fueron trasladados. Los doce más graves se colocaron en camillas, transportadas por cuatro hombres cada una, y setenta más para el relevo. Al llegar a Irurzun tenían dos vagones de tren esperando para trasladarles al hospital militar de Pamplona.